viernes, 12 de mayo de 2023

Como afecta el feminicidio en la sociedad

 La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones a los derechos humanos más recurrente, reiterada y extendida en todo el mundo.

Niñas, mujeres jóvenes, adultas y mujeres mayores viven en riesgo constante de sufrir algún tipo de violencia. Los feminicidios son la manifestación más extrema de los actos sistemáticos de violencia contra las mujeres y las niñas por el hecho de ser mujeres. Una constante de estos asesinatos es la brutalidad y la impunidad que los acompañan. Estos crímenes constituyen la negación del derecho a la vida y de la integridad de las mujeres.

Si bien el presente estudio es parte de una serie histórica de análisis en la materia, que se inició en 2010, con el objetivo de conocer las dinámicas de este tipo de violencia en México, la presente publicación tiene el propósito de ahondar en la comprensión del fenómeno con el fin de mejorar los procesos de prevención, atención, procuración e impartición de justicia.

Este estudio fue coordinado por la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, ONU Mujeres México, el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM) del Gobierno de México, instituciones comprometidas en prevenir, sancionar y erradicar todos los tipos de violencia contra las mujeres.

El estudio Violencia Feminicida en México: Aproximaciones y Tendencias documenta la situación que guardan los delitos violentos contra las mujeres, en relación con la violencia feminicida que ocurre en el país. En él, se incluye una serie de datos y evidencias oficiales que permiten sustentar e impulsar el diseño de políticas públicas para la erradicación de la violencia feminicida, así como para orientar y evaluar las medidas y acciones actualmente en marcha.

Como nos afecta el feminicidio

 La violencia contra la mujer es un tema de preocupación mundial y actualmente es una plaga que afecta a las mujeres, vulnerando sus derechos fundamentales, atentando contra sus vidas e impidiendo el desarrollo de una sociedad inclusiva y democrática.

La violencia ejercida contra las mujeres es un problema que obedece a estructuras jerárquicas patriarcales, aquellas que reproducen una cultura donde las mujeres somos vistas como objetos desechables y maltratables. Prueba de ello es que las múltiples violaciones a nuestros derechos se desarrollan tanto en tiempos de paz como en tiempos de conflicto armado. Con ello se evidencia que las mujeres se enfrentan a la discriminación del Estado, de sus familias y de la comunidad en general.

Nuestro país, el Perú, no es ajeno a los casos de feminicidio en la región. En este sentido, solo entre febrero del año 2003 y septiembre del año 2005 se reportaron 265 casos de crímenes contra mujeres. Es decir, un promedio mensual de ocho mujeres asesinadas.

Las mujeres siempre nos enfrentamos a la discriminación y violencia del Estado, la comunidad y la familia. Cabe resaltar que existen distintas clases de violencia en las que las mujeres siempre hemos sido protagonistas, siendo las más destacables la física, sexual, psicológica, económica y autoinfligida.

Como podemos reducir el feminicidio

 Bueno, primero, esto es lo que no funciona: decirle a las mujeres qué hacer o ponerse, y cómo comportarse para evitar ser víctimas de violencia.

Tras el asesinato en Londres de Sabina Nessa, una maestra de primaria de 28 años, hubo indignación después de que el consejo local entregó más de 200 alarmas de seguridad a mujeres y personas vulnerables en el área donde se encontró el cuerpo del maestro.

La escritora Sophie Gallagher expresó su frustración en una columna diciendo que este tipo de respuesta de las autoridades, así como la orientación de la policía que aconseja a las mujeres cómo mantenerse fuera de peligro, "perpetúa agresivamente la posición de la mujer como ciudadanas de segunda clase, cuyo deber es ceder ante los derechos inalienables de los hombres violentos a existir".

Añadió: "Estas" reglas de seguridad "son falsas garantías que la sociedad nos da para librarnos de la responsabilidad de lo que nos sucede a manos de la insidiosa misoginia que permite que corra desenfrenada".

Entonces, ¿Cómo es asumir la responsabilidad? El informe Small Arms Survey calificó la recopilación de datos como "indispensable" para prevenir la violencia de género. "Los datos desglosados ​​por sexo, edad, origen étnico, relación víctima-perpetrador y motivación para la violencia, junto con información contextual, como el lugar, la hora y el instrumento de la violencia, beneficiarán los esfuerzos para diagnosticar, reducir y prevenir la violencia, incluida la violencia letal", escribieron sus autores.

En lo que respecta a las mejores prácticas, se cita a menudo al gobierno de Perú. Su plan de acción incluye "varias agencias con grupos de trabajo especializados [que trabajan] para la reducción de los feminicidios y el enjuiciamiento de los abusadores, incluidos centros de emergencia para mujeres, una línea directa para víctimas de violencia contra la mujer y la Brigada de Policía Especializada para la Prevención de la Violencia Doméstica".

Es diferente el feminicidio del homicidio en el derecho penal

 No, en la mayoría de los países no lo es.

Solo un puñado de países reconoce legalmente que los feminicidios son claramente diferentes del homicidio. La mayoría de ellos se encuentran en América Latina, donde 16 países han incluido el feminicidio como delito específico.

Ningún Estado miembro de la UE ha definido el feminicidio en su legislación. Estados Unidos tampoco, aunque la Ley de Violencia contra la Mujer, que expiró en 2018 y está a la espera de la reautorización del Congreso, se considera una "legislación histórica" ​​porque hace que sea responsabilidad del gobierno federal enjuiciar la violencia doméstica y apoyar a las víctimas.

Ivana Milovanović, jueza serbia experta en violencia de género, dijo a ONU Mujeres, una organización de la ONU que aboga por el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género: "El feminicidio debe ser reconocido como un delito penal específico".

"El feminicidio se diferencia de otras formas de asesinato porque es el asesinato de una mujer por motivos de género, solo porque es mujer", explicó. Esto indica que las causas profundas del feminicid


io difieren de otros tipos de asesinatos y están relacionadas con la posición general de la mujer en la sociedad, la discriminación contra la mujer, los roles de género, la distribución desigual del poder entre hombres y mujeres, los estereotipos de género habituales, los prejuicios y la violencia contra las mujeres".

El feminicidio


El feminicidio, también conocido como femicidio, es la forma más extrema de violencia de género (GBV, gender based violence) y se define como el "asesinato intencional de mujeres por ser mujeres".

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "la mayoría de los casos de feminicidio son cometidos por parejas o exparejas, e implican abusos continuos en el hogar, amenazas o intimidación, violencia sexual o situaciones en las que las mujeres tienen menos poder o menos recursos que sus pareja".

Los feminicidios se dividen en dos categorías: feminicidios íntimos y no íntimos. El primero se refiere al asesinato de mujeres por parte de las parejas o exparejas, mientras que el segundo resume el asesinato de mujeres por parte de personas con las que no tenían una relación íntima.

Esto incluye mujeres asesinadas durante conflictos armados como armas de guerra; los llamados asesinatos por "honor", en los que se mata a una mujer por supuestamente avergonzar a su familia; el asesinato de mujeres por razón de su raza o sexualidad; feminicidios perpetrados por otras mujeres, actuando como "agente (s) del patriarcado"; y el asesinato de mujeres transgénero.


miércoles, 15 de marzo de 2023

La violencia sexual y los movimientos feministas


La violencia sexual contra mujeres y niñas también es un problema grave y generalizado en todo el mundo. A tenor de los datos, al menos quince millones de niñas adolescentes de 15 a 19 años han experimentado relaciones sexuales forzadas (violaciones u otros actos sexuales forzados) y, de acuerdo con los datos disponibles de 30 países, tan sólo un 1 por ciento de ellas ha pedido alguna vez ayuda profesional (fuente: UNICEF). Abriendo la horquilla de edad, una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de violencia física o sexual y la mayoría de los agresores son personas conocidas por la víctima. En la Unión Europea, el 55% de las mujeres han experimentado acoso sexual en, al menos, una ocasión desde que cumplieron los 15 años.



Y la lista de desigualdades continúa porque no hemos abordado todavía nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra maternidad. Nuestra manera de vivir la sexualidad, nuestra identidad. Tampoco las cosas del día a día como tener miedo a caminar solas, a que no respeten nuestro “no”, a ser tratadas como trofeos o desechos, a que nos cosifiquen o hipersexualicen, a que nos consideren el sexo débil y culpabilicen en los casos de violencia de género y sexual, a que nos intenten controlar, acallar, someter, a que nos piropeen por la calle como si fuésemos un objeto que admirar o poseer...


Por suerte se iniciaron diferentes campañas de concienciación que tuvieron mucha repercusión. El movimiento feminista #MeToo unió a miles de mujeres que alguna vez se habían sentido acosadas y #Cuéntalo agrupó cientos de miles de experiencias personales sobre agresiones sexuales. Muchos eslóganes se hicieron virales como “No es No” o “Sólo SÍ es SÍ”¡Hermana, yo sí te creo!¡Ni una más!¡Ni una menos!... Y se hizo historia con las huelgas feministas y la asistencia masiva a las manifestaciones que se celebraron en todo el mundo. Fue toda una demostración de fuerza y de intenciones.



El mundo necesita una sociedad igualitaria, libre de violencia machista, donde las mujeres puedan vivir sin miedo, con igualdad de oportunidades, con los mismos derechos, una justicia y educación sin sesgo de género y, sobre todo, tomarse en serio la corresponsabiliad de tareas y cuidados. Porque las mujeres han hecho todo lo que está en su mano para romper los techos de cristal, pero hay muy pocos avances para que los hombres ejerzan su responsabilidad en el campo de los cuidados. Todas las personas merecemos el mismo respeto, los mismos derechos, la misma igualdad y para ello debemos promover la inclusión y la diversidad, y debemos acabar con la violencia y la discriminación de género.





 

Siglo XXI: ¡nos siguen matando! Asesinatos por razones de género


En pleno siglo XXI, la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una de las violaciones de los derechos humanos más prevalentes en todo el mundo. Así lo revela un estudio elaborado por la UNODC y ONU Mujeres sobre feminicidio que indica que alrededor del 56% de todas las mujeres y las niñas asesinadas intencionalmente en 2021 lo fueron a manos de sus parejas íntimas u otros miembros de la familia. Es decir: cada poco más de 11 minutos una mujer o niña fue asesinada por personas que conocían. Terrible, ¿verdad? Y no lo es menos la violencia de género en España. En lo que va de año, ya son 9 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas. Un total de 1.191 desde 2003, año en que empezaron los registros. Nos están matando. Y no es un decir.




Como afecta el feminicidio en la sociedad

  La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones a los derechos humanos más recurrente, reiterada y extendida en todo...